martes, 8 de noviembre de 2011

El arte de los preliminares...

Cada vez que hablo de preliminares recuerdo la experiencia de una amiga. Esta había tenido un novio con quien, a la hora de tener relaciones, tuvo un inconveniente. La pobre no sabía como explicármelo hasta que finalmente me lo soltó: “él simplemente no podía entrar dentro mío”.

Tengo que admitir que mi amiga no tenía experiencia en temas sexuales y le daba mucha vergüenza explicarme detalles de su intimidad. Le hice un par de preguntas, y deduje que ellos casi no tenían preliminares. Al menos no los suficientes para que ella se excitara y lubricara por si misma. Entonces le expliqué que si su pareja le dedicaba un poco más de tiempo a besarla, acariciarla y estimular sus zonas erógenas, era posible que no tuvieran  problemas a la hora de la penetración.

Lo importante antes de llegar a ese punto es saber si una está lubricada o, como diríamos de otra forma, “húmeda”.  Si no logramos estar así, difícilmente podremos disfrutar del la penetración.  Otra opción es recurrir a los lubricantes, como hizo una chica que no era conciente de esto y tenía problemas parecidos con su novio. Y pensó que esa sería la solución, hasta que entendió que el problema era que su novio no hacía nada por excitarla lo suficiente y por eso les costaba tanto lograr la penetración. Así que él tuvo que aprender un poco de preliminares junto con su novia para mejorar sus relaciones sexuales.

En estos casos siempre es fácil mejorar las relaciones porque todo se puede aprender. Pero se puede dar el caso de que nuestra pareja tenga problemas de eyaculación precoz y no habrá preliminares que puedas aprender, porque no te dará tiempo. En ese caso, la mejor opción es ver un especialista y solucionar el problema.

Es importante tener unos preliminares que duren. No hay nada más excitante que retrasar el acto sexual. Haciendo caricias en su cuerpo, besando su cuello, acariciando con tu lengua delicadamente sus orejas y el resto del cuerpo, o inclusive acariciar sus labios. Nuestro cuerpo tiene muchísimas zonas sensibles de contacto y han de ser exploradas. Es posible que si nos dedicamos a explorar desde arriba y vamos bajando por la anatomía, descubramos muchos lugares que responden a nuestros estímulos. Hombres y mujeres tienen sensibilidad en los pezones o en la espalda, y muchos disfrutan de sentir caricias en esa zona.

Cada persona tiene sus propias zonas sensibles, así que dependerá de cada pareja que descubran y jueguen con esa información. Hay mujeres que si les besan o acarician el cuello y la espalda las vuelves locas. Un amigo me contó que, cuando llegaba a su casa del trabajo, y quería hacerle el amor a su mujer, llegaba por detrás y la besaba en el cuello o le hacia caricias por esa zona, y a ella le excitaba tanto que siempre le hacia el amor con mucha pasión.. Pero porque él sabía que a ella le encantaba.

No tengáis miedo de explorar el cuerpo de vuestra pareja, y que ésta también explore el vuestro. Pero siempre sabiendo ambos que es lo que les gustan. Y por supuesto ¡dejar echar la imaginación sin complejos!









No hay comentarios:

Publicar un comentario

Búsqueda personalizada