martes, 25 de octubre de 2011

Siempre hay una primera vez para todo

Si, lo sé. Todos hemos sido vírgenes. Algunos aun lo son y otros la han perdido hace tiempo. Y también es verdad que hay un antes y un después. Como si se abriera una nueva puerta ante uno. La de un nuevo conocimiento; el sexual.

No sé si hay alguien que haya tenido una primera vez que haya valido la pena. Seguro que si, dependiendo del compañero que te toque. No me malinterpretéis. Seguro que la primera vez de muchos ha sido especial por una serie de razones. Pero es posible que muchos nos esperáramos fuegos artificiales y terminamos con un simple chasquido. Y nos preguntáramos ¿Eso es todo? ¿Ya está? ¡Pero que decepcion!

Afortunadamente, con el tiempo, la experiencia y el conocimiento hacia nuestro compañero de alcoba, todo puede mejorar mucho. Eso si, todo depende de nosotros y de ellos.

Porque si uno tiene una relación intima con una persona esperamos dar y recibir. Y con eso, me refiero a que, si tu estas en la cama con tu pareja, amante, (o como quieras llamarlo) esperas que esa persona te haga sentir sensaciones increíbles. No que sea un vago que espera que tú lo hagas todo. Ni tampoco que tú te quedes como un muerto y el tenga que hacerlo todo.

Conocí una chica que me confesó la decepción que se llevó al respecto. Había conocido un chico guapísimo con quien comenzó a salir. Llevaban unas semanas en que todo iba genial, y de repente había llegado el momento especial.

 Harían el amor. Ella lo había preparado todo: velas románticas, cena, lencería sugerente. Y en el momento de hacerlo, el único que pareció disfrutar fue él. O al menos el único que llegó al orgasmo. Fue tan pronto que a ella no le dio tiempo para nada.

 Pero como le gustaba tanto ese chico, decidió que después de un rato podían repetir. Y duró más tiempo. Pero ella no estaba convencida aun, porque ese chico había estado muy pasivo, o mejor dicho, no se había preocupado en saber si ella estaba disfrutando y satisfacerla. ¿Pero es que él no pensaba mover un dedo?

 A lo mejor estaba siendo un poco dura con él, porque aun no se conocían bien y no sabía cuales eran sus gustos en la intimidad. Lamentablemente eso con el tiempo apagó su relación.

 Recuerdo haberle preguntado a ella que quería decir con “pasivo”. Es porque se tumba en la cama y no mueve un dedo. Pretendía que todo lo hiciera ella. No tiene ni siquiera la intención de hacerte un cunnilingus ni de proporcionarte un orgasmo.

Posiblemente si ella hubiera sido virgen se hubiera quedado con la impresión de que eso era una relación sexual, y hubiera continuado con ese chico. Quien sabe. Pero este no era su caso. Había tenido ya dos parejas y tenía más claro que es lo que se puede esperar de hacer el amor.

Ahora que lo pienso es curioso porque me parece un poco duro que una relación de pareja pueda acabarse por un sexo aburrido. Mucha gente preguntaría ¿Y que pasa con los sentimientos?

También es verdad que algunos hombres me han dicho que prefieren probar el sexo cuanto antes, para saber si realmente les gusta esa chica o no. Eso es muy recomendable para no llevarse una decepción. Pero la sorpresa me la llevé cuando, hablando con ellos, me aconsejan que cuando conozca un hombre que me guste, intente ir despacio.

¿A que se refieren exactamente con eso? “Ya sabes”, me dicen, “no te acuestes con ellos enseguida, ¡que se vayan a casa con dolor de huevos! Intenta tener entre tres y cuatro salidas con ellos antes de acostarte. Eso si pretendes tener algo más.” Ante la sorpresa les pregunto: ¿No es mejor saber cuanto antes si somos compatibles en la cama? “Si, pero si quieres una relación es mejor hacerlos esperar un poco.”
 Entonces habría que tener claro que queremos o al menos esperamos tener con alguien antes de involucrarnos.









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