miércoles, 30 de noviembre de 2011

Sobre la felación...

Estoy segura que es uno de los temas que dan que hablar. Es popularmente conocido como mamada y es una práctica que la llevan a cabo tanto hombres homosexuales como mujeres. Supongo que en el mundo homosexual no tienen ningún reparo en practicar mamadas. Sin embargo, entre las mujeres heterosexuales no pasa lo mismo. Hay hombres que se pueden sorprender al escuchar esto, pero es verdad. 

Hay muchas mujeres que no han practicado sexo oral y ni menos hablar del tema. Y siendo mujer entiendo que es algo que pasa. Porque todas alguna vez fuimos novatas en hacer mamadas. Y si nunca lo has hecho antes, es posible que te provoque dudas. 

Recuerdo que mi primera vez, el chico con el que salia me lo pidió y me negué rotundamente. Ni siquiera dudé. Y a día de hoy fue una de las decisiones más acertadas que he tomado. Porque con los años aprendes que ciertas practicas es mejor iniciarlas con una persona en la que confíes. 

Una amiga me preguntó como era hacer una felación,  ya que a ella se lo habían pedido y no se había atrevido a hacerlo. Le expliqué que si no estaba segura no lo hiciera porque igual le podía resultar desagradable; sin embargo hacerlo las primeras veces con alguien en quien confíes ayuda a que nos sintamos con confianza para probarlo. Y con el tiempo y la practica nos puede llegar a gustar.

Es curioso que cuando hablo con mujeres de esta practica, muchas se sonrojan y no les gusta hablar de ello. Para poder sincerarse con este tema, muchas tienen que estar a solas con una servidora.  Cuando estamos en  privado, algunas mujeres se confiesan y me cuentan que efectivamente nos solo lo practican, sino que cada vez les gusta mas.

Y es verdad, porque no tiene nada de malo, pero reconozco que el miedo de muchas mujeres es a no saber que se encuentran cuando bajan allí. No saber si el pene estará limpio y olerá mal, o inclusive si es su primera vez, no saber exactamente que hay que hacer. Muchos hombres piensan que las mujeres deben saberlo todo sobre el tema y si una es primeriza, poco sabrá al respecto.

Un buen consejo siempre es preguntarle al chico de turno, (sea pareja, novio, amante o lo que sea) que es lo que le gusta o si una no sabe como hacerlo, mejor preguntarle que debe hacer. Al fin y al cabo es tu miembro  y es una zona delicada.

De todas formas es importante dar ciertos consejos: El pene no debe estar seco, así que es recomendable mojarlo con un poco de saliva de una, sin necesidad de meterlo entero en la boca. Sobre todo es importante mantener los dientes apartados porque pueden lastimar al hombre. Si no tienen aun valor para meterlo en la boca, siempre podeis jugar con la lengua como si fuera una piruleta. 

Es importante que no solo jueguen con el pene; el escroto o los testículos y alrededor son zonas que se pueden tocar con suavidad o inclusive lamer y proporciona placer al hombre. Si os lo introducís en la boca ir despacio, y ayudándose con las manos. Tenéis que probar y experimentar con vuestra pareja. 
También es posible que el hombre cuando este cerca de la eyaculación pueda pedir eyacular encima de una, o en la boca. O como vosotras queráis. Es decisión vuestra.

Un amigo hace años me recomendó unos vídeos de unas japonesas haciendo una felación. Es una buena fuente de información visual y saben lo que hacen. Algo que es importante para recordar es que en la felación como en el coito, el pene debería llevar preservativo, aunque no se si alguien realmente alguna vez lo hizo con preservativo. Es importante saberlo porque a través del semen si este se aloja en la boca y se traga, se pueden transmitir enfermedades venéreas. 

Las personas que tenéis pareja es importante hacerse análisis de enfermedades para evitar estos problemas y poder practicar el sexo oral tranquilamente.

Si aun no lo habéis probado os animo a hacerlo. Muchas mujeres que luego de probarlo lo han repetido y luego son ellas las que quieren hacerlo sin que un hombre se lo pida.







domingo, 27 de noviembre de 2011

Cuando el dolor causa placer...

De el gran abanico de posibilidades que tenemos dentro del sexo, hay una práctica que nunca me llamó la atencion llevarla a cabo. Pero ello no quiere decir que no quiera saber de que se trata el tema: estoy hablando del sadomasoquismo. Curiosamente es una práctica que no es muy bien vista por mucha gente,(aunque haya toda una subcultura detrás de ella) y para quienes no tienen necesidad de practicarlo puede resultar desagradable. En mi caso, he tenido la oportunidad de visionar vídeos sobre este tema y he de confesar que me resultó grotesco.

Suele ser una práctica donde el placer se genera a través del dolor. A diferencia de lo que muchos se imaginan, no es necesaria la penetración para esta práctica, aunque en algunos cortos eróticos sobre sadomasoquismo homosexual, he visto de todo.

Generalmente hay una ama, dominatrix, etc y un sumiso. El perfil del sumiso suelen ser personas que en su vida diaria tienen cargos de mando. Esta práctica suele ser una necesidad de ser dominado. La ama o dominatrix suelen mandarles, castigarles, azotarles y pueden derramar cera de vela en el cuerpo, etc. El sumiso encuentra placer en el castigo y en el dolor. Hay quienes han experimentado esta experiencia y han confesado sentir necesidad de repetirlo.

Claro que para poder realizarla hay que ir a lugares especializados en el tema o acudir a una ama experta en el tema.

Personalmente lo que he visto de esta práctica me resulto desagradable, pero respeto que hayan personas que logren placer sexual a través de ella. Pero no puedo negar que siempre he sentido curiosidad por saber que es lo que sienten o por qué las personas se sienten tan atraída por ella.Y posiblemente sentirse dominado sea de alguna manera algo fetiche, de descargar el estrés que puede representar tener gente a cargo de uno.

Si alguien sabe alguna otra razón por la cual las personas llevan a cabo esta practica, que me lo cuente.






viernes, 25 de noviembre de 2011

Los fetichismos sexuales...ese objeto de deseo

Es de los temas que menos he hablado con personas. Quizás sea porque es algo que se pueda mantener en la intimidad por temor a que piensen que son raros; también puede ser que las personas no tengan tantos fetiches. O simplemente porque no sepan exactamente que es ser fetichista.

Pues bien, digamos que el fetichismo sexual es cuando una persona tiene un objeto o alguna parte del cuerpo de una persona que le genera una excitación sexual o incluso un orgasmo. No suele considerarse una enfermedad, salvo que su práctica sea necesaria para la excitación sexual cotidiana y afecta la rutina de la persona que lo practica.

Seguramente habéis oído hablar del fetiche de algunos hombres con los zapatos de tacón aguja; también hay quienes encuentran fetiches los pies. También se encuentran como objetos fetiches la lencería de encaje, los uniformes, las manos, cuellos, etc. Hay inclusive casos de hombres que tienen como fetiche las mujeres embarazadas. Es posible que se puedan encontrar fetiches en los objetos más comunes de nuestra vida cotidiana.

La ropa de cuero, el látigo, las cadenas, y el tapabocas también es muy popular, sobre todo en el ambiente BDSM. En las prácticas de BDSM, (es la denominación que reciben una serie de practicas sexuales: la sexualidad extrema convencional). Para que entender un poco mejor, entra el bondage y sadomasoquismo.

En estas prácticas se puede decir que hay fetiches como las cuerdas, el látigo o los tacones de aguja. Muchos hombres les gusta lamer el tacón y encuentran placer en ello. Pero no necesariamente tienen que ser fetiches oscuros. He conocido hombres que tenían debilidad por las mujeres orientales, y también alguno que confesara perder la cabeza con las morenas. Es posible que esos hombres solo salgan con mujeres de esas étnias.

Hay un objeto que suele ser fetiche y que algunas mujeres suelen tener como accesorios tanto como hombres: las esposas. Hay quienes sienten placer siendo esposados a la cama, o inclusive atados con pañuelos. No sé si todos tenemos un fetiche latente y no lo sabemos, o si surge sin más; o simplemente puede convertirse en una costumbre que puede terminar por dar placer. Imagino que hay tanto mujeres como hombres que encuentran placer en tener sexo con desconocidos.

El abanico de posibilidades depende de cada uno. A veces me pregunto cuantas personas de las que tenemos alrededor en nuestro día a día tiene algún fetiche...quien sabe.





martes, 22 de noviembre de 2011

Cuéntame tu fantasía sexual...


Esa es una frase que he escuchado mucho. Y curiosamente no es algo en lo que piense demasiado. Siempre pensé que cuando un hombre me preguntaba por mis fantasías, mientras yo se la contaba, él me imaginaba en la fantasía. Y es que muchos hombres en ese aspecto tienen una imaginación desbordante.

Es muy posible que sean ellos quienes tengan más fantasías sexuales que nosotras, quien sabe. Lo que si es verdad, es que en estos años, mis conversaciones sobre este tema, las he tenido más con hombres que con mujeres. Han sido pocas las mujeres que se han abierto a contarme lo que fantasean, y alguna ha admitido que no suele hablar de sus fantasías por lo que piensen sus amigas de ella.

Una amiga me confesó que le encantaría hacer un trío con dos chicos, lo que ella ve bastante difícil. La otra fantasía era que su pareja simulara ser un policía y ella una ladrona a la que tenía que esposar. Pensé que lo de las esposas suele ser un cliché, pero ella me comentó que cuando lo probó, la excito muchísimo.

Otra chica me comento muy divertida que se disfrazaba de prostituta, se ponía una peluca y se hacía pasar por una desconocida que ligaba con su pareja. Esta chica descubrió que esa fantasía les gustaba a los dos, y cada tanto lo practicaban. Y lo encontraban muy estimulante.

Un amigo me contó que una vez, su mujer le hizo un strip tease y estaba tan encantado que ahora se lo hace en ocasiones especiales. En este caso, su mujer se preparó y fue a un curso de strip tease para aprender bien como hacerlo.

Muy pocas personas me han reconocido practicar técnicas como el bondage o como el sadomasoquismo. Hay fantasías más oscuras que suelen requerir una preparación y una persona experta en el tema para hacerse bien. Lo que entendí  de estas prácticas es que, a veces, quien manda desea ser dominado.

Por otro lado es interesante ver quienes logran cumplir sus fantasías, o cuanto empeño ponen para lograrlo. A veces se tiene la suerte de realizar deseos que ni siquiera uno se imaginaba que los haría alguna vez.

En mi caso, más que tener deseos que cumplir, me gusta ser creativa y sorprender a mi amante. A veces, comentarlo, y a veces, no necesariamente. Aunque si lo comentas tampoco pasa nada, porque lo importante será en el momento que ocurra.






domingo, 20 de noviembre de 2011

Ménage à trois...


Cuando hablamos de fantasías sexuales, hacer un trío suele ser el tema recurrente entre hombres, más que entre mujeres. La diferencia está en que un hombre se imagina haciéndolo con dos mujeres, y sin embargo, algunas mujeres no están seguras si se imaginan ellas solas con dos hombres, ¿o si?

Este tema suele salir en conversaciones y siempre es interesante escuchar lo que opinan las personas: A muchos hombres lo que les da morbo es el hecho de ver dos chicas desnudas besarse delante de él y hacerle de todo. Posiblemente muchas mujeres desearían tener a dos hombres para ella sola, o quizás no. También está la posibilidad que la mujer quiera aprovechar un trío para estar con una mujer y un hombre al mismo tiempo. Todo es posible.

Una señora mayor me contó que en su juventud había experimentado un trío con su marido y otra mujer. Me sorprendió que me contara algo tan íntimo de su pareja. Para ella la experiencia fue algo extraña al principio, pero recuerda que finalmente se sintió a gusto, porque la otra chica la ayudo a relajarse. “Fue una experiencia única, y desde entonces mi marido me veía con otros ojos”.

Ella recuerda sentirse un poco contrariada por compartir la intimidad con una desconocida, así que su marido le sugirió que ella buscara una persona con quien se sintiera cómoda. Y así fue.

Realizar un trío no suele ser fácil. Muchas mujeres se niegan a que su pareja las vea en la cama con otra mujer. Aunque cuando quieren, tampoco es tan fácil de conseguir esa tercera persona femenina que se acostaría con una pareja.

Para algunas mujeres, verse desnuda en la cama con otra chica  puede hacerla sentir insegura. Lo mejor es que en ese momento ni penséis en eso. Lo más seguro es que el hombre solo vea bellos cuerpos femeninos desnudos, no vuestros defectos.

Por otro lado conseguir dos hombres que se quieran acostar con una mujer al mismo tiempo es más difícil aun. Los hombres heterosexuales rara vez comparten intimidad sexual con algún colega, aunque siempre se puede buscar la forma de hacerlo y que ellos se sientan cómodos. Me pregunto si a un hombre le importaría compartir a su mujer con otro hombre en la cama para satisfacer la fantasía de su mujer de hacer un trío con dos hombres.

Si soy sincera, hay otras fantasías sexuales que me atraen mucho más. Si me dieran a elegir, no sería esta la que elegiría. Mis fantasías son más fáciles de realizar. Pero con esto no quiero decir que no la hagáis, eso depende de lo mucho que les excite la idea de hacer un trio.

La mayoría de historias que conozco sobre este tema han surgido de forma espontánea, sin planear demasiado. Lo mejor siempre es cuando te encuentras esa situación delante, y la aprovechas.

Una mujer quería hacer un trío con su pareja y busca una  persona. Al principio la idea la atrae. Pero en cuanto se pone a pensar, empiezan a saltarle las dudas. Con una amiga suya será una situación extrañan. Traer una prostituta no le convence, preferiría alguna persona anónima. ¿Pero quien? ¿Con que mujer sería capaz de acostarse sin sentirse intimidada o celosa? Su cabeza no paraba de hacerse preguntas. Entonces alguien le sugirió que no planificara. Que diera una fiesta en su casa y buscara la ocasión. “Seguro que si tomáis unas copas de vino te atreves con todo.” Y así lo hizo. Se sintió mucho más relajada y no pensó en nada más.

Sin presión, porque no sabes que pasará. Y sin nervios porque no lo tenías preparado. Solo dejándose llevar sin pensar; aquí la clave es disfrutar y divertirse. Fuera pudor.




martes, 15 de noviembre de 2011

Hacerlo por detrás...


Un amigo me contó una historia que en su momento me sorprendió. Había conocido una chica la cual era virgen y quería permanecer así. Ella le sugirió que la penetrara por detrás. Él recuerda que la chica ya tenía experiencia en este tema. Cuando le preguntó, ella le dijo que debía conservar su virginidad.

Mi amigo estaba sorprendido: “Durante años me había costado muchísimo convencer a mi novia de tener sexo anal, y se había negado. Y esta chica que conocía de una noche, me lo decía como la única alternativa. Me sorprendió, pero fue increíble”.

Es posible que algunas mujeres se nieguen a tener sexo anal por  lo que pueda pensar su pareja de ellas o por el dolor que puedan sentir; pero creo que lo más preocupante de esta práctica no es que piensen los demás, sino todas las precauciones extras que lleva consigo:

Lo más importante de todo es la higiene; es una zona que tiene que estar muy limpia. Pensar que todo lo que vaya o toque esa zona luego no puede tocar la vagina ni otra zona porque podéis crear una infección.

Por otro lado el verdadero temor que pueda tener una mujer con esta práctica es el dolor que esta pueda provocar; para ello es recomendable un buen lubricante y tener mucha paciencia. Es aconsejable que la mujer esté muy excitada para que no se ponga tensa.

Todo esto no implica que vaya salir a la primera. En este aspecto hay que ser muy paciente con la pareja y en ningún momento forzarla porque puede resultar doloroso y luego ella no querrá volver a intentarlo. Así que mejor de a poquito, excitarla  mientras la va penetrando. Ella debe estar muy relajada y confiar en la pareja. Conozco mujeres que lo han probado y han disfrutado con la penetración anal, así que no penséis solo en que les puede doler. Pensar que puede ser una experiencia nueva que les puede gustar.

Este es un tema que he hablado mucho con mis amigos homosexuales, que yo considero expertos en la penetración anal. Algunos de ellos me comentaron que efectivamente al principio es un dolor molesto, que a medida que te vas relajando y  estás excitado, va entrando y deja de doler.  Pero tampoco es bueno abusar de esa zona.

De todas maneras mi consejo es hacerlo si apetece, y con una persona que tenga experiencia en este tema. Si queréis hacerlo con vuestra pareja y ninguno tiene experiencia, todo lo dicho anteriormente debería ayudar.







domingo, 13 de noviembre de 2011

Lo que ellos quieren del sexo...

Hace unos años tomando un café con unas amigas,  recuerdo que una de ellas comentó un historia con su novio: “Al principio él era muy tranquilo y solo nos besábamos; luego decidimos dar el siguiente paso, y nos acostamos. Yo pensaba, bueno ahora ya está, pero me encontré una nueva sorpresita: él quería una mamada. ¡Dios, no sabía que responder! Solo de pensarlo sentía arcadas. Me negué y le dije que no sería capaz de hacer algo así.”

Cuando tuvimos esa conversación debíamos tener unos diecinueve años. Éramos jóvenes, inocentes e inexpertas, por no decir vírgenes. Recuerdo esas conversaciones que tenías con pocas amigas sobre las primeras experiencias de las demás. Cuando iba a clase en la secundaria, mis compañeras ya tenían más experiencia, y sus conversaciones solían ser más instructivas. Ellas también tenían sus propios consejos.

Cuando les pregunte que pensaban de las mamadas, se echaron a reír: “No es la gran cosa. Solo tienes que tener a la persona adecuada para hacerlo”. Cuando les conté la situación de mi amiga me dijeron: “Eso es solo el comienzo. Luego le pedirá sexo anal Y posiblemente luego quiera hacer un trío.” Su respuesta me sorprendió.

¿Es posible que los chicos tengan diferentes metas sexuales a las que llegar?

Lo primero es llegar a besar a una chica. Cuando llegan a ese punto quiere besar todo lo posible, como si se acabara el mundo. Su lengua explora todo el terreno virgen. Posiblemente un adolescente se pase tantas horas besando a su novia que a veces es difícil de creer que no hayan tenido sexo.

Hay un punto en la relación con la chica, en la que sus dos cabezas empiezan a mandar, y el chico quiere hacerle caso a la de abajo. Entonces es cuando intenta hacerle el amor a su novia. Es un gran paso y posiblemente antes de atreverse a darlo, haya visto mucho porno, o haya pedido consejo a algún hombre ya experimentado en la materia, para al menos tener una idea, ya que el chico no deja de ser virgen y necesita algún tipo de guía para saber que hacer, (aunque el porno no tenga nada que ver con la realidad). También es verdad que con la práctica y los años irán mejorando.

El siguiente paso depende del chico, pero hay muchos que lo piden, otros que lo reciben sin pedir y otros a quienes se les niega; el de la mamada.
Para las chicas cuyos novios les piden que bajen y le hagan una, puede ser una situación extraña dependiendo de lo enamoradas o de lo seguras que se encuentren con su chico.  Lo mejor es estar segura de querer hacerlo, y que su novio le de toda la confianza del mundo. Si una no está segura de hacerlo, mejor evitarlo. Cuando una chica ya ha hecho una, es posible que tenga menos problema de hacerlo,  pero eso irá mejorando con el tiempo. Lo que no hay que hacer es obligar a ninguna chica a hacerlo; es mejor que una esté segura de lo que quiere hacer.

Hay algunos hombres que quieren llegar a este punto, y suelen insistir: el sexo anal.
Sí señores, por alguna razón, a muchos hombres les pone la idea de darles este tipo de placer sexual a sus parejas. Claramente está que para este punto el hombre debe tener experiencia, o al menos la mujer. Y deben estar muy limpios. Es una práctica que requiere paciencia y mucha higiene. Y que puede doler si no se sabe como hacer. Siempre me preguntan por que será que les gusta tanto esta práctica, pero no soy hombre para saberlo. Puede que como es un orificio más pequeño a ellos les de más placer, o simplemente por morbo.

El siguiente punto, no estoy segura si será para muchos pero es algo con el que algunos sueñan: hacer un menage a trois.
Es una práctica con la que muchos sueñan como fantasía, y que posiblemente quieran hacerlo con su pareja o no, dependiendo de la persona. Claro que no todas las mujeres están dispuestas a compartir la cama con otra mujer, o un hombre compartirla con otro hombre. Es posible que les guste para ver a su pareja en plan lésbico o para verse a si mismos con dos mujeres en una cama.

Visto de esta manera parece que los únicos que utilizan su imaginación son ellos, pero no creo que así sea realmente. Seguro que muchas de nosotras nos atrevemos a pedir a nivel sexual. Posiblemente sea algo como una postura determinada o hacerlo más suave o más salvaje. Y seguro que a muchas de nosotras nos gustaría, que nuestra pareja llegara y nos poseyera de forma salvaje. Cambiar a veces las costumbres en la cama le da a la intimidad una renovación que siempre resultara positiva para la pareja.





viernes, 11 de noviembre de 2011

¿Tenemos sexo o hacemos el amor?


Esta respuesta depende de nosotros mismos. Cada uno sabe lo que hace en su alcoba.
Seguramente muchas personas afirmen que no pueden tener sexo sin sentimientos y que con su pareja hacen el amor. Se supone que hacemos el amor cuando nos fundimos con nuestra pareja en un acto íntimo de entrega total.  Pero ¿Acaso nos acostamos con nuestra pareja cuando ya estamos enamorados, o antes?

Sí, es verdad que hay parejas que prefieren guardar celibato y conocerse como personas, y seguramente cuando tengan relaciones sexuales estén enamorados. Pero yo me refiero a lo que hoy en día es lo más común; que en una pareja heterosexual, después de unas cuantas citas para conocerse, tengan relaciones sexuales. Y no creo que en tan poco tiempo estén realmente enamorados. Piensen que de cada pareja dependerá la cantidad de veces que se vean. Dudo que en dos semanas nos nazcan sentimientos tan profundos. Como mucho sentiremos pasión y atracción por esa persona. Pero el cariño y los sentimientos que nacen hacia el otro es más cuestión de semanas o meses, dependiendo de las personas.

Lo que sientes a primera vista es apasionamiento, atracción; pero no se puede decir amor real porque no conoces a la persona, no sabes ni como se comportará contigo.
La química que haya entre ambos, el conocimiento y el tiempo hará que surja el amor o lo contrario. Por esa razón es más común pasar de tener sexo a hacer el amor. Y es debido a que nuestro cuerpo responde a nuestros instintos físicos. Necesitamos apagar ese fuego que nos nace con esa persona que nos atrae tanto.

Hace unos años, cuando aún no tenía conocimientos del tema como ahora, también decía que no podría acostarme con un hombre sin tener sentimientos. Para mí sólo se podía hacer el amor con esa persona que después de un tiempo le tienes cariño. Y recuerdo haber salido con chicos durante meses sin tener relaciones sexuales. Años después una amiga me dio un consejo: “tú diviértete, déjate llevar” pero yo aún me sentía incapaz de tener sexo sin sentimientos.

Con el tiempo descubrí que se puede tener sexo sin sentimientos, pero es necesario sentir mucha atracción y tener un poco de confianza con la persona, de conocer un poco al hombre con quien comparto esa intimidad.  No me gusta tener sexo de una noche, ni a la segunda vez que veo un hombre. No me dan confianza para compartir algo íntimo.

Las personas que tienen sexo de una noche tienen todo mi respeto. Sobre todo porque se arriesgan a compartir esa intimidad con alguien que no conocen y nunca sabes como puede acabar esa noche. Pero recuerden siempre usar protección, porque muchas personas en una noche de borrachera se dejan llevar demasiado y pueden acabar mal.

No piensen en ningún momento que por tener sexo a la primera noche no pueda pasar nada más. Hay quienes piensan que si te acuestas en la primera cita con esa persona, luego se quedará en eso, en un polvo de una noche y nada más. No tiene porque ser así. Que una relación de pareja prospere no depende de a que altura tienen sexo o no. Depende de lo que vaya surgiendo entre las dos personas, que sea especial.

La siguiente historia no es una leyenda urbana. Una amiga se va unos días de vacaciones y conoce un chico en una discoteca. Se conocen, se besan y tienen una noche de pasión.  Se pasan todas las vacaciones de ella juntos, y semanas después él viaja a verla y viceversa. En menos de un año se fueron a vivir juntos y hoy en día están casados.

Simplemente quiero exponer con esta pequeña historia real, que si uno quiere tener una noche mágica de pasión y solo le frena el pensar que es muy pronto, que haga lo que sienta cuando lo sienta. La relación saldrá adelante o no dependiendo de otros factores.

Recuerdo la historia de una chica que había esperado unos meses para hacer el amor con su pareja, porque quería estar realmente enamorada. La situación fue que en cuanto se consumó el acto, en un par de semanas él perdió el deseo hacia su novia. Ella le quería, pero se dio cuenta de que su novio cada vez estaba más alejado. En poco tiempo lo dejaron porque no había química en la intimidad.

Después de esa experiencia, ella conoció otro hombre, pero había aprendido la lección y luego de un par de semanas, averiguaron si tenían química en todo.
Muchas veces la experiencia es la que nos hace aprender, y sobre todo a no cometer los mismos errores. Tener una noche de pasión desenfrenada porque nos lo pide el cuerpo es tan válido como querer planificar una noche muy romántica y sensual con la persona que queremos. Lo importante es hacer lo que uno quiere y divertirse.

Por todas estas historias es importante que en el momento de cruzar la línea estemos seguras de que nos apetece hacerlo y seamos responsables. ¡Y lo demás es disfrutar!










martes, 8 de noviembre de 2011

El arte de los preliminares...

Cada vez que hablo de preliminares recuerdo la experiencia de una amiga. Esta había tenido un novio con quien, a la hora de tener relaciones, tuvo un inconveniente. La pobre no sabía como explicármelo hasta que finalmente me lo soltó: “él simplemente no podía entrar dentro mío”.

Tengo que admitir que mi amiga no tenía experiencia en temas sexuales y le daba mucha vergüenza explicarme detalles de su intimidad. Le hice un par de preguntas, y deduje que ellos casi no tenían preliminares. Al menos no los suficientes para que ella se excitara y lubricara por si misma. Entonces le expliqué que si su pareja le dedicaba un poco más de tiempo a besarla, acariciarla y estimular sus zonas erógenas, era posible que no tuvieran  problemas a la hora de la penetración.

Lo importante antes de llegar a ese punto es saber si una está lubricada o, como diríamos de otra forma, “húmeda”.  Si no logramos estar así, difícilmente podremos disfrutar del la penetración.  Otra opción es recurrir a los lubricantes, como hizo una chica que no era conciente de esto y tenía problemas parecidos con su novio. Y pensó que esa sería la solución, hasta que entendió que el problema era que su novio no hacía nada por excitarla lo suficiente y por eso les costaba tanto lograr la penetración. Así que él tuvo que aprender un poco de preliminares junto con su novia para mejorar sus relaciones sexuales.

En estos casos siempre es fácil mejorar las relaciones porque todo se puede aprender. Pero se puede dar el caso de que nuestra pareja tenga problemas de eyaculación precoz y no habrá preliminares que puedas aprender, porque no te dará tiempo. En ese caso, la mejor opción es ver un especialista y solucionar el problema.

Es importante tener unos preliminares que duren. No hay nada más excitante que retrasar el acto sexual. Haciendo caricias en su cuerpo, besando su cuello, acariciando con tu lengua delicadamente sus orejas y el resto del cuerpo, o inclusive acariciar sus labios. Nuestro cuerpo tiene muchísimas zonas sensibles de contacto y han de ser exploradas. Es posible que si nos dedicamos a explorar desde arriba y vamos bajando por la anatomía, descubramos muchos lugares que responden a nuestros estímulos. Hombres y mujeres tienen sensibilidad en los pezones o en la espalda, y muchos disfrutan de sentir caricias en esa zona.

Cada persona tiene sus propias zonas sensibles, así que dependerá de cada pareja que descubran y jueguen con esa información. Hay mujeres que si les besan o acarician el cuello y la espalda las vuelves locas. Un amigo me contó que, cuando llegaba a su casa del trabajo, y quería hacerle el amor a su mujer, llegaba por detrás y la besaba en el cuello o le hacia caricias por esa zona, y a ella le excitaba tanto que siempre le hacia el amor con mucha pasión.. Pero porque él sabía que a ella le encantaba.

No tengáis miedo de explorar el cuerpo de vuestra pareja, y que ésta también explore el vuestro. Pero siempre sabiendo ambos que es lo que les gustan. Y por supuesto ¡dejar echar la imaginación sin complejos!









sábado, 5 de noviembre de 2011

La importancia de besar


Tienes a esa persona junto a ti. Hay buena química entre los dos y lo estáis pasando genial. Entonces, sin planearlo, te encuentras en ese momento en que uno de los dos se acerca al otro y le besa en los labios. Esos momentos suelen ser mágicos porque ese beso es el primer contacto que acerca más íntimamente a dos personas.

Besar es  agradable y placentero. Es la puerta que en muchos casos nos conduce al resto de experiencias sexuales. Podemos estar horas besando como si fuéramos adolescentes despreocupados que solo disfrutan de la pasión. ¡Besar es increíble!

¿Pero que pasa cuando uno no es un buen besador? También hay personas que no les gusta besar, es algo que puede ocurrir. Pero que pasa cuando nos encontramos en ese momento especial, que te gusta la persona y deseas besarle o que te bese, y al pasar esa línea, descubres que no sabe besar.

 Porque hay quienes apenas ni besan y te abren la boca unos segundos, y una puede llegar a pensar que no le gustas y le da asco besarte. Y posiblemente no saben lo que es dar un buen beso, de esos de película que son inolvidables.

Cuando te encuentras con alguien que besa de maravilla, parece que estuvieras en el paraíso y te podrías pasar horas besándole. Y si eres de los que les gusta besar ya no hay palabras para describirlo. Es que un beso transmite y mucho. Puede que te trasmita tanto que no quieras parar de besarle y quieras volver a ver a esa persona, o simplemente que  no te trasmita nada y no quieras volver a ver a esa persona.

Hablando de besos con amigas hace unos años, recuerdo que una nos contó una experiencia que había tenido cuando era más jovencita.  Había conocido un chico en una fiesta, que le parecía atractivo, y al cabo de un rato, cuando él la besó,  le pareció un beso sin gracia y frío. Es decir, no le gustó nada. Situaciones así les han pasado a chicos también.

Recuerdo la historia de un hombre que estaba algo frustrado porque su novia le encantaba, pero a ella le daba mucho asco besar. Según me contó él, era algo de su cultura, pero se había convertido en problema porque a él le gustaba besar en los preliminares y no sabía como resolver esa situación.

No olvidemos que un beso largo es el preliminar que nos conducirá a tener relaciones sexuales con esa persona. Y posiblemente dependerá de lo malo o bueno que pueda llegar a ser ese beso, que el encuentro se quede allí o tenga un final muy bueno.

Personalmente soy de las que valoran mucho un buen besador y que un hombre realmente le guste besar. No me gustan los que besan lo suficiente,  los que se cansan de besar o que te dicen que ya es suficiente, (Sí, personas así existen). Me gustan los que siempre buscan una oportunidad o una excusa para besarte y los que no preguntan y tienen el valor de hacerlo.

Una vieja amiga siempre me decía que no se fiaba de los hombres que te pedían un beso. “Eso no está bien. Tienen que ser valientes y hacerlo”. Ella no salía con hombres así, decía que no eran fiables y no podría tener una relación de pareja con ellos. Hoy le diría que yo tampoco lo haría.  Porque con la experiencia una aprende.









jueves, 3 de noviembre de 2011

Esa sensación llamada orgasmo


Hablemos de experiencias únicas. Esa sensación que a veces resulta indescriptible, y que si logras sentirla, querrás repetir.  Cada uno tendrá su propia experiencia al respecto, claro está.  También habrá quienes no la hayan experimentado aun, y se pregunten que es lo que se siente.

¿Cómo explicarlo? En las mujeres, en el momento  te vienen unas convulsiones o espasmos que te generan un placer increíble; tu cuerpo pierde el control y posiblemente grites cuanto más intenso tengas el orgasmo. Y notarás que tu vagina se contrae como si se cerrara.

Nosotras podemos tener orgasmos de diferentes lugares de nuestro cuerpo y también de diferentes intensidades. Los más conocidos son los del clítoris y la vagina, pero tenemos otros puntos del cuerpo que no suelen ser los más utilizados, pero que también nos pueden proporcionar ese placer.

Algunas mujeres es posible que hayan experimentado el del clítoris sin experimentar el de la vagina, (este último en ocasiones puede ser un poco más laborioso de experimentar) o incluso viceversa, (todo es posible). Si una chica no sintió ninguno y siente la necesidad de hacerlo, seria recomendable que empiece por el del clítoris.

 Para llegar a sentir la experiencia  vaginal recomendaría un juguete sexual o vibrador, que siempre nos ayuda a conocernos mejor a nosotras mismas. Pensar siempre que cuando estéis con vuestra pareja querrán saber o vosotras querréis que sepan que es lo que os da placer, y así poder disfrutar juntos.

Muchas chicas me han confesado ponerse nerviosas a la hora de tener relaciones porque no han tenido un orgasmo ni siquiera con el sexo oral. Por eso la importancia de autoexplorarnos. A veces podemos ser lentas al llegar al orgasmo y no es nada malo. Pero no olvidemos que algunos chicos son demasiado rápidos también. Y ambas partes podemos mejorar con la práctica y sin tener miedo de no lograrlo.

Una mujer me explicó que había tenido una pareja y cuando lo hacían, él estaba tan pendiente de que ella tuviera un orgasmo que la ponía nerviosa. Y lo que ella  quería era disfrutar de todo el acto, no solo llegar al orgasmo. Me confesó que una vez estuvo a punto de fingir tener un orgasmo para quitarse la presión de encima.

Le aconsejé que no lo hiciera. Si comienza así, terminará fingiéndolos siempre. Es preferible que una se demore todo el tiempo necesario para llegar a un clímax real. Y si no se logra, que también puede pasar, puedes probar otras alternativas, como hacerlo tu misma o que tu pareja lo haga por ti. Y tú puedes enseñarle como te gusta. Pero no hay que obsesionarse con tenerlo.

Otra chica sin embargo no tenía esa presión, y su pareja aguantaba tanto que podía tener más de un orgasmo antes que él tuviera el suyo. Claro que su pareja la alentaba a seguir teniendo más durante el coito, pero sin presionarla.

Una joven me preguntó una vez si sabía como era tener multiorgasmos, porque ella no estaba segura si los había tenido o no. Había leído sobre este tema, y le expliqué que probablemente es cuando tienes una serie de orgasmos cortos uno detrás de otro, y sientes una serie de convulsiones. Entendía perfectamente a esa joven porque hacia tiempo había experimentado algo similar y también tuve mis dudas en su momento.
La diferencia fue que acudí a libros especializados para informarme un poco más al respecto.

Lo bueno es que podemos tener diferentes tipos de orgasmos y de intensidades. Podemos llegar al clímax  con una intensidad tan fuerte que una quede sensible y sea difícil volver a tener uno en un buen rato. Y podemos tener uno que nos permita volver  a tener otro, o los que sean.  Una misma puede experimentar todos esos tipos, o incluso aun no haber experimentado ninguno.

 También puedes tener una pareja que sepa hacerte llegar al cielo porque sabe como hacerlo, o puedes tener una que no tenga ni la menor idea de que es exactamente lo que tiene que hacer con tu cuerpo para lograr que te sientas en el cielo. Para solucionar esto tiene que haber un dialogo entre los dos para conocernos. Y una exploración mutua de los cuerpos.

Los hombres sin embargo pueden tener uno y esperar un rato para tener otro. Algunos pueden quedar agotados, pero no siempre es el caso. Y los hombres también pueden tener más de un orgasmo, pero no es tan simple. Para ello habría que recurrir al sexo tántrico, donde el hombre puede tener múltiples orgasmos sin llegar a la eyaculación.

Es importante no tener miedo de conocer vuestro cuerpo y el de vuestra pareja y comunicarse. Gracias a eso podemos realmente disfrutar en nuestra intimidad.










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